Don Juan había reinventado el mollete. Sin conocer de antemano la receta, su espíritu emprendedor le hizo volver a dar con la fórmula de un pan tradicional cuya producción lamentablemente se había ido perdiendo.
Depurando y definiendo su técnica, Don Juan Paradas Pérez consiguió dar forma al mollete que conocemos hoy en día. Posteriormente, al aumentar la producción, él se dedicó a elaborarlos y su esposa a venderlos. Pasados algunos años los hijos recogieron el relevo de sus padres elaborando por la noche y vendiendo a primera hora, siempre los molletes muy calientes y tapados con una manta.
En aquel horno se hacía de todo… En los inicios, el mollete se fabricaba en invierno y durante el verano, cuando se consumían menos molletes, se complementaba la actividad con la elaboración de helado, de noviembre a diciembre se cocían mantecados de los vecinos, bollos caseros, batatas y se asaban pimientos, una vez se terminaba la elaboración de pan.
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